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Solo crece la planta que riegas

Por José Luis Pardo

En mayo de este año, en un debate televisivo dentro de la campaña electoral, la candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid sorprendió a la audiencia con la propuesta de “llevar la naturaleza a los patios y azoteas” de la región, colocando una planta en cada balcón de Madrid.

Desconozco si la propuesta se ha materializado y de ser así, si las plantas han sido subvencionadas o cada cual tenía que hacerse cargo de la suya.

Me imagino un millón de plantas en los balcones, que más o menos deben ser las viviendas en las que se puede colocar una macetita, y me pregunto: ¿Cuánto van a durar? A buen seguro un gran número de ellas no van a sobrevivir, básicamente porque quien la tiene que cuidar no va a hacerlo y se van a secar. Sólo crece la planta que riegas.

Sólo avanza la bicicleta que usas

A principios del mes de octubre, la Comisión Europea ha propuesto una Declaración Europea de la Bicicleta que reconoce a la bicicleta como medio de transporte sostenible, accesible, inclusivo, asequible y saludable.

A lo largo de sus ocho capítulos se proponen acciones para la promoción de la bicicleta en diferentes ámbitos, no sólo como medio de transporte en sí mismo, sino intermodal y recreativo, ya que se incluye el cicloturismo y se mencionan reiteradamente los beneficios para el medio ambiente y la salud, lo que inequívocamente extiende el ámbito de acción también a la práctica deportiva del ciclismo en cualquiera de sus modalidades.

Una planta en cada balcón y una bicicleta para cada ciudadano, pero igual que sólo crece la planta que riegas, sólo avanza la bicicleta que usas.

Hay que celebrar esta Declaración Europea de la Bicicleta, sin duda, pero no se debe caer en la tentación de pensar que nos lo van a dar hecho. Eso no va a pasar.

La responsabilidad sigue siendo nuestra, de las empresas del sector y de los amantes de la bicicleta en la más amplia acepción del amor a las dos ruedas.

Durante la interesante jornada en la que tuve el honor de participar en Girona organizada por Sea Otter Europe, me preguntaron, ¿cómo podemos hacer para que los niños, nuestros hijos, vayan en bicicleta?

Desde la comisión de formación de AMBE, hicimos todo lo que pudimos para que se incluyeran enseñanzas para ir en bicicleta en los ciclos de formación primaria para todos los alumnos, y lo conseguimos.

El Real Decreto 157/2022, de 1 de marzo, por el que se establecen la ordenación y las enseñanzas mínimas de la Educación Primaria, entre otras competencias básicas incluye el transporte activo, seguro y sostenible: bicicletas, patines y patinetes.

Pues bien, que yo sepa, esto ha tenido el mismo efecto que las plantas de los balcones.

Tenemos que regar la planta

Si queremos que los niños usen la bicicleta, ¡tenemos que regar la planta! No podemos esperar que de un día a otro las calles, caminos y montañas se llenen de niños en bicicleta, desplazándose a los colegios y haciendo deporte. Esto tiene un proceso, hay que sembrar, regar y cuidar este proceso.

Cada uno de nosotros tenemos que llevar a nuestros hijos en bicicleta, hacer deporte, pasear o desplazarnos con ellos, servirles de ejemplo y tutorizarles en el proceso.

Así la planta crecerá y junto a la nuestra otras muchas.

La frase “crece la planta que riegas” no es mía, es de Thich Nhat Hanh, un escritor, activista, poeta y monje budista de origen vietnamita.

Y si la bicicleta produce felicidad, se le puede citar de nuevo para el cierre de esta reflexión:

“A veces tu alegría es la fuente de tu sonrisa, pero a veces tu sonrisa puede ser la fuente de tu alegría”

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