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La mujer y la bicicleta

Por Lorenzo Tasso

“La mujer y la bicicleta”, aunque lo pudiera parecer, no es el título de una de esas fábulas clásicas que acostumbrábamos a leer de niños, con su moraleja constructiva final, aunque este post sí la tendrá.

Al igual que ocurre en la gran mayoría de los sectores industriales, la mujer sigue siendo a día de hoy la gran protagonista, tanto por la escasa visibilidad que tienen, como por los contados puestos clave de responsabilidad y decisión corporativa que ocupan.

La industria de la bicicleta no es ajena a esta situación y, sin duda, nuestra obligación como actores informativos, es analizar las causas que pueda haber detrás de esta realidad.

¿Dónde está la mujer en la industria de la bicicleta?

Mujeres en la industria de la bicicleta hay muchas, pero no en todos los eslabones del sector y mucho menos en puestos directivos. No quiero decir que no haya de estas últimas, sino que son una enorme minoría.

La presencia de la mujer en las fábricas y plantas de producción de bicicletas, componentes, accesorios, textil, etc. es predominante frente a los puestos ocupados por hombres, sobre todo en los procesos de ensamblaje, cadena de montaje, etc.

Igualmente ocurre lo mismo en puestos de gestión administrativa, atención al cliente, recepción, etc., pero sigue siendo extraño encontrar a mujeres en puestos de responsabilidad de la gestión. Hablo de mujeres que sean Directoras Generales, CEO, Directoras Financieras, Directoras de Ventas, Directoras de Logística… La excepción suele ser, por lo general, en el ámbito de la Comunicación y el Marketing, donde sí es frecuente tener a una mujer directiva como interlocutora.

Si seguimos recorriendo la cadena de valor de la industria y salimos de las plantas de fabricación para adentrarnos en las empresas de Distribución, la fotografía es prácticamente la misma. Puestos directivos y ejecutivos ocupados por hombres y mujeres en labores administrativas y/o de comunicación, marketing.

Más terrible es aún la situación en el tercer escalón, los puntos de venta. Aquí la aparición de la mujer es meramente anecdótica. Me atrevo a asegurar que muchos de los que estéis leyendo esto, si intentáis hacer memoria de cuántas empleadas mujeres habéis encontrado en las tiendas de bicicletas en el último año, el resultado será entre una y ninguna.

De hecho, ya por curiosidad, acabo de mirar en mi agenda de contactos cuántos corresponden a mujeres y cuántos a hombres: 10% mujeres, 90% hombres.

Coincidiendo con este día del 8 de marzo, mi compañera Leyre Esparza publica hoy un artículo sobre “mujeres mecánicas de bicicletas”, para dar visibilidad a distintas profesionales que desarrollan su labor en este segmento de la industria, donde, al igual que en las anteriormente descritas, la presencia de la mujer es prácticamente testimonial.

En los eventos, ferias y encuentros profesionales, más de lo mismo

Esta situación se traslada también a los encuentros, eventos y ferias profesionales del sector, donde de manera aplastante hay mucha más presencia masculina que femenina.

Sin ir más lejos y por citar un evento “de la casa”, en la reciente Jornada Profesional de Ciclologística que celebramos el pasado día 21 de febrero, de un total de 15 ponentes y panelistas que identificamos para participar en la jornada, tan solo 3 eran mujeres.

Situación que hemos encontrado idéntica allí donde hemos acudido.

Pero ¿por qué ocurre esto?

Creo que no hace falta argumentar (aunque parezca increíble que sigamos hablando de esto en 2023) que la mujer tiene las mismas facultades y capacidades que el hombre para desarrollar y realizar cualquier trabajo en la industria de la bicicleta, tanto en puestos de máxima responsabilidad como en puestos intermedios o en aquellos que no requieran especialización alguna. Entonces, ¿qué?

¿Es la industria de la bicicleta la que no quiere a la mujer? o ¿es la mujer la que no quiere a la industria de la bicicleta? No creo que sea una cuestión de “no querer”.

Por ejemplo, en lo referente a los puntos de venta, me inclino más a pensar (a riesgo de equivocarme) que a una mujer que esté queriendo incorporarse al mercado laboral, le podrán resultar más atractivos otros segmentos o sectores del retail, antes que el de la bicicleta. Ojo, que esto también ocurre con los perfiles más jóvenes (indistintamente hombres o mujeres), que no sopesan como opción profesional trabajar en ello, salvo aquellos que, la bicicleta, les gusta como deporte.

Y por otro lado, ¿por qué es tan baja la presencia femenina en puestos de máxima responsabilidad de las empresas del sector? El techo de cristal existe, es innegable.

Nada justifica que (la enorme mayoría) de los puestos de responsabilidad de (la gran mayoría) las empresas de la industria (de la bicicleta) no cuenten con mujeres. Esta es la realidad y se debe seguir trabajando para que esto cambie.

¿Una Ley de Paridad? No estoy seguro, tengo mis dudas. Obligar nunca es la mejor solución, sí la más rápida, pero no la mejor. Aquellas empresas que ya cuentan con talento femenino en puestos de relevancia no han necesitado una ley, simplemente capacidad para identificar ese talento y generar el atractivo suficiente para sumar ese activo a su capital humano.

Por lo tanto, creo que el cauce natural debe ser seguir trabajando en políticas y acciones de concienciación y educación. No es rápido, no es más barato, pero es la fórmula para que la sociedad y las próximas generaciones de profesionales que se incorporen al mercado laboral, asuman e interioricen que es la única forma.

Algunos datos

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), a 1 de julio de 2022, la población española se situaba (redondeando) en 47,6 millones de habitantes. De este total, 23,3 millones son hombres y 24,3 millones son mujeres, es decir, en España hay 1 millón más de mujeres que de hombres.

Si miramos a Europa, según datos de Eurostat, la población asciende a 448 millones, de los que 219 millones son hombres y 229 millones, mujeres, es decir, 10 millones más de mujeres que de hombres.

La tasa de desempleo en España en el año 2022, es del 11, 5% para los hombres y sube hasta el 14,7 % en el caso de las mujeres.

La diferencia (brecha) salarial entre mujeres y hombres en España (datos del INE de 2020) representa que una mujer, haciendo el mismo trabajo que un hombre, llega a cobrar hasta un 27 % menos que el hombre.

El día 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, fecha declarada oficialmente por la ONU en 1975, para reivindicar a todas las mujeres y la igualdad completa y efectiva de derechos y oportunidades.

MORALEJA: Mucho por hacer.

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