Una vez desveladas las cifras de la industria de la Bicicleta de este pasado ejercicio 2022, que acaba de presentar la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE), se confirma lo que todos los implicados – con mayor o menor acierto – intuíamos.
Hay que reconocer que las cifras globales no están nada mal, teniendo en cuenta el difícil contexto que la industria, en toda su cadena de valor, ha vivido durante este año pasado, con dos ejercicios previos (2020 y 2021) excepcionales promovidos por la influencia positiva de la pandemia, con una guerra en el corazón de Europa, aumento de costes energéticos y de ciertas materias primas sin freno y la consiguiente repercusión de la inflación, también sin freno, que ha venido a agujerearnos los bolsillos, convirtiendo la cesta de la compra en una auténtica laceración diaria.
Aún y con todo, el total de unidades de bicicletas vendidas este pasado año 2022 se pega un castañazo del 13,59 %, que en unidades, una detrás de otra, son nada más y nada menos que 213.514 bicicletas MENOS vendidas con respecto a 2021.
Este más que significativo descenso en unidades, no se traslada de la misma manera al total de facturación correspondiente, que “solo” baja un 6,01 %, lo que equivale a dejarse en el camino 174 millones de Euros. Esta diferencia se debe al claro aumento de los precios que han experimentado todas las categorías de bicicletas.
Agarrarse a las cifras pre-pandemia
Dice el lenguaje popular que “quien no se consuela es porque no quiere” y esto vuelve a estar muy presente en el informe presentado.
Sin duda alguna, los resultados de este año con respecto al ejercicio anterior son malos, muy malos. Esto es irrefutable. No conozco ninguna empresa, ni ningún autónomo, que cuando ha planificado sus presupuestos anuales u objetivos de venta para encarar el nuevo año, lo haya hecho bajando las expectativas con respecto a su año precedente, siempre se busca continuar la estela alcista, más aún cuando los vientos son favorables, a pesar de algunas corrientes en contra.
Si volvemos la vista al resultado del ejercicio 2019, donde el sector puso en la calle 1.261.283 unidades (+20,41 % vs 2018) por un total de 1.871 millones de Euros (+39,39 % vs 2018) y donde no había lo que entendemos como “efectos deformadores” (y aún así experimentó un crecimiento fantástico con respecto a 2018), vemos que 2022 crece cerca de un 8 % en unidades y un magnífico 45 % en facturación.
Como digo, esto puede consolar a ciertos actores de la industria entendiendo que no nos “apeamos” de la apuesta por la bicicleta, pero para tratar de recuperar y conocer qué ocurre verdaderamente en el mercado, habría que conocer los elementos de freno, es decir, qué está provocando que se haya frenado el crecimiento.
Industria de la bicicleta: Urbana se dispara, el gravel se descalabra y la infantil me preocupa y mucho
Si entramos a desgranar por categorías de bicicletas cómo ha sido el comportamiento de este ejercicio, vemos una fotografía que se alinea con la lógica, donde se está dando la vuelta a la tortilla.
De esta manera, las categorías reinantes de la bicicleta en España comienzan a sufrir, donde la bicicleta de montaña desciende en un 23 % el total de unidades con respecto al año anterior, al tiempo que incrementa el precio medio más del 11%. La otra reina, la carretera, modera ambos indicadores, bajando un 5,5 % en unidades y subiendo casi un 6,5 % el precio medio.
Por su parte, el gravel sufre más que ninguna otra categoría, con un acusado descenso en unidades del 34 % y un aumento del precio medio de un insoportable 42,4 %.
Por el contrario, la bicicleta urbana experimenta un magnífico crecimiento del 22,5 %, colocando más de 146.500 bicicletas en nuestras calles. Sin duda, el cambio de concepto de uso de la bicicleta a la “nueva movilidad” está favoreciendo este crecimiento (que ya es imparable), donde también ha empujado a favor el hecho de que el precio medio, a diferencia de las otras categorías, ha bajado un modesto 0,4 %, en vez de aumentar.
La bicicleta eléctrica sigue sumando puntos con un crecimiento del 5,7 %, favorecido también por la contención de precios (+2,8%).
A mi entender, tenemos un verdadero problema con la bicicleta infantil. Difícilmente crearemos nuevos potenciales usuarios de bicicleta si, en las edades más tempranas, vemos como perdemos mercado año tras año. Tanto es así, que entre 2020 y 2022, se ha pasado de vender más de 500.000 bicicletas infantiles a cerca de 376.000, es decir, hemos perdido en dos años un 25 %. Y esto sí que habría que estudiar porqué.
Precios altos, falta de incentivos, ¿saturación?
Ante estos datos, en la ronda de preguntas de la presentación celebrada con distintos representantes del sector, quise conocer cuáles eran los elementos de freno que, a juicio del informe o de AMBE, pudieran estar contribuyendo a estos resultados, pero no conseguí una respuesta clara, más allá de un “la industria lo está haciendo bien”.
No discuto que la industria no lo esté haciendo bien, que sin duda hay muchos casos de éxito, pero creo que no puede achacarse que parte de los malos resultados sean debidos a que no haya incentivos por parte del Gobierno. Claro que los incentivos ayudan, pero las industrias y los sectores deben poder cumplir sus objetivos sin que ningún Gobierno intervenga.
Creo que es mucho más fácil -y razonable- que sea la industria quien ajuste las medidas que corresponda, quedando claro que -como se ve en el informe- aquellas categorías que han visto subidas de precios, han bajado en unidades.
Europa, mejor que España
Sí, es verdad que no podemos compararnos (aún), con Países Bajos, Alemania, los países escandinavos, Francia o incluso Italia, vamos, con ninguno prácticamente… pero los datos porcentuales de España son también peores que los de nuestros países vecinos.
Por otro lado, Europa y otros países fuera de la UE están siendo la vía de crecimiento de gran cantidad de empresas y marcas nacionales, que ven como más del 50, 60 e incluso más del 75% de sus ventas proceden de mercados extranjeros, tal vez con más tradición ciclista y con mayor poder adquisitivo, además del reconocimiento de la calidad y servicio de nuestros fabricantes. Tanto es así, que la próxima edición de Eurobike (del 21 al 25 de junio en Frankfurt) va a ver nuevamente a un gran número de empresas españolas presentando allí sus productos.
Este es el camino
Yo, que reconozco que soy un poco friki de todo lo que tiene que ver con Star Wars, asumo que, como diría El Mandaloriano, “este es el camino”.
La bicicleta ha llegado no solo para quedarse, también para seguir cubriendo cada vez más terreno, contando cada vez con más y mejores marcas, fabricas, puntos de venta, talleres y profesionales, donde estamos consiguiendo transformar ciudades que suman cada año más y más kilómetros de carriles bici, aparcamientos seguros, establecimientos y empresas “bike friendly” y muchas cosas más y todo ello va a llevar a que las cifras sigan en esta línea y donde, indudablemente, todo lo urbano (cargo bikes incluidas) y lo eléctrico, va a dar grandes noticias a la industria.
Este es el camino.
