Todo cambio siempre supone un riesgo, pero también supone la oportunidad de mejorar. Lo que está claro es que, quien no arriesga, no gana.
Y creo que no me equivoco si me atrevo a asegurar que esta última edición de Festibike, celebrada en Villanueva del Pardillo (Madrid) los días 15 y 16 de junio, ha sido todo un acierto.
El primer acierto fue concentrar toda la actividad en las jornadas de sábado y domingo, ahorrándonos el viernes donde, al final, ni iban los profesionales ni los visitantes, dejando de esa forma el esfuerzo y el coste de ese día con la sensación de un día perdido.
El segundo acierto, la ubicación elegida. Un espacio urbano, integrado dentro del casco del pueblo donde, a pesar de la dificultad propia del estacionamiento, hacía que el evento tuviera un aliciente adicional, haciéndolo más cercano a los vecinos y, sobre todo, dándoles mayor participación sobre lo que ocurre en el municipio y llenándolo de vida. La configuración propia del espacio, de forma rectangular, favorecía la disposición de los stands de las marcas y
empresas expositoras, así como el flujo de tráfico de los visitantes, donde no había la sensación de espacios perdidos y posibilitaba un recorrido ordenado donde no perderse nada.
Además, al estar el recinto integrado en el municipio, favorecía a los establecimientos próximos (principalmente a los hosteleros y tiendas), que vieron aumentar su negocio por parte de los miles de visitantes que pasaron por allí estos dos días.
Este emplazamiento ofrecía también tres importantes dotaciones anexas, ideales para desarrollar las demás actividades programadas durante los dos días de evento. Por un lado, el espacio outdoor, en el que se realizaban distintas pruebas y exhibiciones, siendo un punto de atracción para todo tipo de público. Otro de los espacios, el pabellón deportivo, sirvió para acoger los diversos stands de distintas Comunidades Autónomas participantes, así como de otros organismos, instituciones y ofertas turísticas, vacacionales y de ocio, donde el visitante podía hacerse casi un mini-Fitur especializado en turismo con bicicleta.
Y, por último, el Centro Cultural Tamara Rojo, que albergó la segunda edición del ya conocido ‘Festibike Congress by Shimano’.
Festibike Congress by Shimano
Tras la primera edición del año pasado de esta jornada de charlas y conferencias, que no terminó de enganchar ni al visitante profesional ni al usuario, el equipo de LastLap dio un giroen la confección de la idea y abrió a distintos medios de comunicación y a otras entidades la posibilidad de que cada uno pudiera organizar un debate, conferencia o encuentro, sobre la temática que considerase.
El Centro Cultural Tamara Rojo, integrado igualmente dentro del mismo recinto expositivo, acogió durante las dos jornadas de sábado y domingo las distintas conferencias programadas. La mesa de debate que organizamos desde Bicicleta – C de Comunicación para hablar sobre el papel de la distribución profesional en la industria de la bicicleta, en la que contamos con la participación de 4 ponentes de primer nivel: Cristóbal Pérez (experto en distribución), Javier López (CEO de Cicleon / Merida Bikes), Miguel Ángel Bolaños (director de Marketing de SanferBike) y Néstor López (Country Manager Spain de Velo de Ville), fue un rotundo éxito que abarrotó el salón de conferencias, donde la hora acordada se quedó muy corta por el interés de los temas tratados.

Optimismo contenido entre los expositores
De las distintas charlas mantenidas con diversos expositores, nos trasladaban en su conjunto mensajes de optimismo y de fe hacia una pronta estabilización del mercado, donde a lo largo de lo que queda de año esperan estabilizar sus stocks, lo que les permitirá afrontar un 2025 en condiciones más o menos “normales”.
A juzgar por los cientos de bike test realizados, que es otro importante indicador del interés hacia la bicicleta, así como por los temas tratados en el debate que organizamos y por las conversaciones con fabricantes y distribuidores, podríamos aventurarnos a decir que 2025 puede ser el año de la vuelta a la estabilización del sector.
Por cierto, según los datos presentados por AMBE esta semana pasada, la industria de la bicicleta en España cerró 2023 con una facturación de 2.475 millones de euros, un -8,79 % frente a 2022. La buena noticia es que, a pesar de todo, ha facturado 604 millones de euros más que 2019, año de referencia previo a la pandemia.