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Adaptarse a un nuevo usuario para sobrevivir

Por Leyre EsparzaResponsable de contenidos del área de Bicicleta

Hoy me estreno como bloguera para escribir sobre un tema que se ha tratado en infinidad de mesas redondas y coloquios a los que he acudido dentro de este curioso sector.

Como todos bien sabemos, los tiempos cambian. Las personas, también. Los hábitos, demandas y necesidades, también. Y, por ende, en el sector de la bicicleta también se ha dado un cambio, puesto que ha aparecido un nuevo usuario que no tiene afición por el ciclismo, pero demanda una bicicleta para realizar sus trayectos cotidianos, por motivos tan diversos como no disponer de la capacidad financiera suficiente para hacer frente a un automóvil y a los gastos que conlleva, o, simplemente, porque esa persona está concienciada con el cambio climático y sabe que la bicicleta es un vehículo sostenible.

Esta idea puede chocar entre los pequeños negocios y tiendas de barrio que desprenden una pasión y emoción por todo lo que se refiere a la bicicleta y, en general, por el ciclismo.

Sin embargo, la realidad demuestra que el usuario que decide apostar por la bicicleta en estos momentos no tiene ni idea de bicicleta.

Esta persona, que seguramente tomó la decisión durante la pandemia (donde hubo mucho tiempo para pensar), o se ha animado recientemente gracias a las decisiones y políticas de otros países vecinos que fomentan el uso de este vehículo, no querrá la última mountain bike del mercado o de gravel, simplemente querrá una bicicleta que le ayude a desplazarse de un lugar a otro, ya que sabe circular en bicicleta (a la mayoría nos han enseñado a montar en bicicleta).

A lo que me refiero es que, estos posibles clientes en potencia desconocen todo lo que tenga que ver con este mundillo. Desconocerán cómo realizar una mecánica preventiva a la bicicleta y no tendrán ni idea de bielas, ni de recambios. Pero pueden convertirse en clientes fieles.

Llegados a este punto me pregunto: ¿Están preparadas las tiendas y, en general el sector, para atender las necesidades de este nuevo usuario?

Vuelvo al principio del artículo; los tiempos cambian. La pandemia ha abierto camino a la bicicleta urbana, pero, sobre todo, a la bicicleta eléctrica urbana, algo impensable 20 años atrás.

Y es una oportunidad perfecta para que la industria prospere y evolucione, pero para que esto suceda, los eslabones de la cadena deben adaptarse a lo que pide la sociedad y sobre todo, renovarse, ya que no podemos obviar la influencia de las nuevas tecnologías, que arrasan con todo allá por donde pasan, sin importar el sector.

Reinventarse o morir

Las startups emergentes a lo largo de estos tres años han entendido qué demanda este nuevo cliente y triunfan. Para empezar, ya comprenden que la bicicleta juega un papel fundamental para conseguir una movilidad sostenible. Por este motivo, ofrecen bicicletas de alquiler a través de una suscripción, tendencia que cada vez está más en auge, puesto que creo que el concepto de ‘propiedad’ se ha diluido entre las diferentes generaciones y en estos momentos prefieren alquilar.

Las grandes superficies, como MediaMarkt, Fnac, Lidl, Carrefour o Decathlon, ya lanzan campañas de comunicación con las palabras movilidad urbana, sostenibilidad, etc., con el objetivo de atraer a un cliente que no le ha interesado nunca la bicicleta, pero puede que haya llegado el momento de que sí le interese.

Volviendo al tema de la propiedad, otro fenómeno que está ganando fama es la venta de segunda mano. Está claro que los nuevos usuarios invierten en la compra de una bicicleta reacondicionada.

En este sentido, observo que muchas tiendas ya alquilan bicicletas por días e incluso venden unidades de segunda mano a cambio de que el cliente le entregue la suya. Considero que es un gran acierto.

Son diferentes maneras de captar la atención de un nuevo usuario al que le interesa la bicicleta, pero no desde el lado deportivo, sino desde el lado de la movilidad.

Quien no se esfuerza por entenderlo se queda atrás y los pequeños negocios y tiendas tienen que pensar en la típica frase reinventarse o morir.

Las tiendas deben entender el nuevo concepto

Como he citado al principio del artículo, los tiempos cambian y el cliente de una tienda de bicicletas de hace 30 años no es el mismo que el de ahora.

Las tiendas necesitan cambiar y adaptar su lenguaje para establecer un vínculo con ese nuevo usuario de bicicleta. La persona que entra por la puerta de la tienda no debe sentirse juzgado por no entender nada de ciclismo.

Ese nuevo cliente quiere conectar con el dependiente de la tienda, con el objetivo de que le oriente y termine comprando el modelo de bicicleta que mejor se adapte a él.

Es decir, las tiendas deben esforzarse en conocer al nuevo cliente, escucharle y ofrecerle todas las facilidades que estén en su mano.

En resumen, se trata de entender al nuevo cliente y satisfacer sus nuevas necesidades.

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Evelyn
Evelyn
19/10/2023 15:44

Excelente tu “primer blog”. No es descabellado pensar en la idea de comprar una bicicleta como transporte, para moverte por tu ciudad. Ya por un tema de sostenibilidad, por economía o para cuidar el medio ambiente y también tú salud. Terminar con el sedentarismo, que tanta falta nos hace. Los países vecinos en Europa que optan por este medio de transporte, lo hacen porque sus ciudades cuentan con la seguridad vial para aplicarlo. En España, habría que ampliar esta capacidad vial para la seguridad de los usuarios. Sería un aliciente para el comercio de barrio que se dedica a la venta y reparación de bicicletas. Y así como nos hemos adaptado a las nuevas tecnologías, a la IA, a los patinetes electrónico, al teletrabajo, etc., habrá que adaptarse a usar la bicicleta como medio de transporte

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